En la actualidad se estima que entre el 10 y 14% de la población mundial tiene más de 65 años. Los pacientes mayores tienen más enfermedades crónicas, consultan más y presentan características normales, propias del envejecimiento, que hay que saber diferenciar entre envejecimiento normal y patológico.
Existe una creencia general, basada en mitos y prejuicios socioculturales, acerca de que la vejez es sinónimo de enfermedad, decrepitud, pérdida de capacidad intelectual, deterioro físico y fragilidad global. Esta creencia ha contribuido a delinear un modelo de razonamiento médico en consonancia, que tiende a minimizar o utilizar mal los recursos terapéuticos que se ofrecen a esta población.